Así lo constata una investigación del
Instituto Reuters de la Universidad de Oxford (Reino Unido) realizada por la periodista de EFEverde de la Agencia EFE
Caty Arévalo, quien
ha analizado las coberturas de las Conferencias de las Partes (COP) de
la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
(CMNUCC) a partir de los datos oficiales facilitados por la ONU.
Una
de las principales conclusiones del estudio es que la COP15, celebrada
en Copenhague a finales de 2009, fue la última cumbre de cambio
climático en la que los periodistas de los países occidentales fueron
mayoría en la sala de prensa.
Cantidad versus calidad
Hasta
2010, más del 80% de todos los periodistas que cubrieron cada una de
estas conferencias procedía de la UE, Estados Unidos, Japón o Canada.
Sin embargo, en la COP de Cancún (Mexico) los reporteros de países en
desarrollo ya eran más de la mitad (55% del total), una cifra que
ascendió al 66% en Durban, en 2011, donde los informadores de los países
desarrollados apenas representaron un 34%.
El declive más
señalado se ha producido entre los periodistas de la Unión Europea, que
han pasado de representar el 60% de la asistencia en Copenhague, al 22%
en Cancún y el 19% en Durban (COP17).
"Aunque todo apunta a que la
información sobre el cambio climático ha avanzado en cantidad y en
calidad en los Países del Sur, la mayor presencia de periodistas de
estos países en las cumbres hay que atribuirla esencialmente a cinco de
los países emergentes -China, India, Brasil, Bangladesh o México-; Y no
necesariamente está relacionada en el interés por la ciencia en torno a
este fenómeno sino mas bien hacia la parte económica de la negociación",
explica Arévalo.
Y añade: “Mientras tanto, millones de ciudadanos
de países menos desarrollados y pequeños Estados‐isla siguen sin apenas
enviar corresponsales a estas cumbres a pesar de que están considerados
los mas vulnerables ante lo que ahí se decida. Promover la formación de
periodistas especializados en estos países y facilitarles el acceso a
este tipo de coberturas parecen ser las dos principales herramientas
para solventar el déficit histórico de información sobre cambio
climático en esos países”.
Coberturas "a distancia"
El
estudio analiza también cómo cubren las negociaciones internacionales
para combatir el cambio climático los periodistas europeos que, tras
Copenhague, han dejado de viajar hasta el lugar donde se celebran. Para
dar respuesta a la misma, Arévalo ha entrevistado a periodistas
ambientales de los principales medios de comunicación de siete países de
la Union Europea (Alemania, Dinamarca, España, Francia, Italia, Reino
Unido y Suecia).
En todos los casos, sus redactores jefes
decidieron no enviarles porque consideraron que dado que las
expectativas eran bajas y la asistencia de Jefes de Estado no demasiado
relevante, no compensaba económicamente desplazar un corresponsal o un
equipo de televisión a Cancún o a Durban. "La paradoja es que, aunque
modestos, los acuerdos finales alcanzados en estas dos cumbres fueron
mucho más significativos que los de Copenhague", afirma la
investigadora.
Para la mayoría de estos periodistas, cubrir
desde Berlín o Madrid o una cumbre y eventos paralelos que ocurren a
miles de kilómetros de distancia supone: "dar mucha menos información
antes, durante y después de la celebración de la Conferencia; ofrecer
menos contexto e historias humanas: o utilizar menos fuentes en cantidad
y en variedad".
En cuanto a las fuentes, sorprende, sin
embargo, que la mayoría de los entrevistados admitiese que no recurrió
ni al periodismo ciudadano ni a las redes sociales para saber lo que
estaba pasando en Durban. Los reporteros consideran que la información
de las fuentes oficiales por esta vía es "demasiado propagandística", la
de las ONG "demasiado abundante, y a veces puede llegar a distorsionar
el foco de atención", y la de las organizaciones científicas "demasiado
escasa".
Existe un consenso entre los entrevistados en que la
cantidad y calidad de las informaciones de cambio climático en sus
medios ha caído en picado tras Copenhague, no solo durante el otoño que
es cuando más atención solía generar el cambio climático, sino durante
todo el año.
Fatiga climática
Los
periodistas reconocen haber podido tener parte de la culpa de que el
cambio climático haya sido relegado en las redacciones. "Entre otros
motivos porque se hayan hecho informaciones muy alarmistas, más
centradas en las devastadoras consecuencias que en las posibles
soluciones locales; porque se haya dado demasiado espacio a los
'clima-escépticos' o porque se haya puesto al mismo nivel la opinión de
políticos y científicos en este tema, sin aclarar a la audiencia cual
tiene más peso o más mérito", señala.
No obstante, la
investigadora comenta que todo apunta a que "en esta nueva era mediática
en Europa, marcada por los recortes y cada vez más gobernada por el
reloj, contenidos complejos que requieren tanto de un seguimiento
regular como de una mayor dedicación del periodista para comunicarlos
bien a la audiencia, están seriamente amenazados".
"Ninguno de
los periodistas con lo que he hablado cree que la solución al cambio
climático vaya a salir de una cumbre de Naciones Unidas, sino mas bien
de acciones a nivel local. Sin embargo, todos coinciden en que la
presencia de un periodista en el lugar de la noticia es imprescindible
para mantener la presión en los gobiernos y la atención del público -que
padece 'fatiga climática' tras años de errores de comunicación por
parte de periodistas, políticos, científicos y ecologistas- hacia un
tema en el que nos jugamos el futuro del planeta", concluye.
Caty Arévalo
trabaja como periodista ambiental en EFEverde de la Agencia EFE, y en
el año 2012 ha sido investigadora visitante del Instituto Reuters, en la
Universidad de Oxford (Reino Unido), donde acaba de publicar la
investigación 'Climate Summits beyond Copenhagen: Who Goes, Who Stays and How Are They Covered?'. El resumen de los resultados está disponibles online en la web del Instituto y ha sido publicado por el Columbia Journalism Review.